El freno del crecimiento mundial y las señales de una nueva etapa económica

27 de octubre de 2025

El crecimiento global entra en una fase de moderación después de varios años de shocks encadenados. Los indicadores adelantan una expansión aún positiva pero más lenta, con fuertes diferencias entre regiones. Las economías que combinan desinflación, inversión en productividad y mejora del clima de negocios muestran mayor resistencia; las que conviven con deuda elevada y menor inversión pública padecen restricciones. Los bancos centrales ajustan su comunicación para evitar sorpresas, mientras calibran el ritmo de normalización de tasas sin asfixiar el crédito ni la inversión.

En el terreno real, la industria se recompone sobre nichos de alto valor agregado y cadenas más cortas; los servicios intensivos en conocimiento sostienen empleo e inversión. La reorganización logística agrega costos transitorios, pero eleva la previsibilidad y reduce vulnerabilidades ante interrupciones. La inversión privada se orienta a automatización, digitalización y eficiencia energética para proteger márgenes en un contexto de costos volátiles y exigencias ambientales más estrictas. El comercio avanza hacia acuerdos temáticos con capítulos sobre datos, clima y trabajo.

Para los emergentes, la agenda es doble: fortalecer instituciones fiscales que den previsibilidad y acelerar reformas que eleven la productividad. Bonos verdes, alianzas público‑privadas y financiamiento multilateral pueden catalizar proyectos de infraestructura si se anclan en reglas claras. No habrá un ciclo de abundancia, pero sí oportunidades selectivas para quienes articulen innovación, talento y estabilidad regulatoria. La clave será traducir esa agenda en empleo formal y exportaciones con mayor contenido tecnológico.

Octavio Chaparro